Malentendido
Un hombre entra en un bar y ve en la barra una jarra
enorme, llena hasta arriba de billetes de 10€.
A ojo de buen cubero, calcula
que habría por lo menos diez mil euros.
Y le pregunta al camarero:
- “¿Y
esa jarra llena de dinero?”
- “Es como una apuesta..., usted mete un
billete de 10€, y si pasa tres pruebas, se lleva todo ese dinero y además un BMW
nuevo”
El hombre no quiere desperdiciar la oportunidad, y pregunta:
-
“¿Cuáles son esas tres pruebas?”
- “Primero meta el billete, son las
reglas”
Tras pensarlo un rato, el hombre se decide y mete el billete de
10€ en la jarra.
- “Vale”, dice el camarero, “esto es lo que tiene que
hacer”:
“Primero: tiene que beberse una botella de tequila, sin hacer un
sólo gesto, y en menos de un minuto”.
“Segundo: Hay un Pit Bull
atado en el patio de atrás, y tiene una muela picada que le duele.
Tiene que
sacarle la muela con sus manos, sin guantes”.
“Tercero: Hay una
viejecita de 90 años en el piso de arriba, que todavía es virgen, la tiene que
hacer el amor”.
El hombre se queda atónito:
- “Ya sé que he
pagado mis 10 euros, pero no soy idiota!”
“No voy a hacer todo eso!”
“Hay
que tener muchos cojones para beberse una botella de tequila y luego hacer esas
otras cosas!”.
- “Como quiera,” le dice el camarero, “pero su dinero
entonces se queda donde está.”
El hombre se queda en la barra, rumiando
su decisión, y después de un par de copas, finalmente salta: - “Vale, venga
¿donde está ese maldito tequila?”
Coge la botella con las dos manos y se
la bebe todo lo rápido que puede.
Le resbalan por la cara dos lagrimones
enormes, pero no hace ni un gesto, y tarda sólo 58 segundos!
A continuación
sale, tambaleándose, por la puerta de atrás, donde está atado el Pit
Bull.
Enseguida, la gente que está en el bar empieza a oír gritos horribles,
gruñidos, chillidos, gemidos, golpes... los ruidos de una pelea considerable...
y de repente, el silencio otra vez!
Todos creen que el hombre está
muerto, pero de repente, vuelve a entrar en el bar, todavía tambaleándose. La
ropa hecha jirones y lleno de arañazos, mordiscos y heridas,
cubierto de
sangre por todos lados.
Con la voz pastosa de la borrachera, le dice al
camarero:
- “Venga,... y ahora ¿dónde está esa viejecita con la muela
picada?”.