En una fiesta se acerca un mesero a ofrecerle más whisky a una
muchacha:
Madame, ¿gusta otra copa?
No, gracias, me hace daño para las piernas.
¿Se le adormecen?
No, se me abren!
Madame, ¿gusta otra copa?
No, gracias, me hace daño para las piernas.
¿Se le adormecen?
No, se me abren!