Doce
La prueba final consistía en formarse en una línea recta, totalmente desnudos, en el jardín, mientras una sexy, hermosa y bien dotada bailarina exótica, totalmente desnuda, realizaría un excitante baile oriental.
A cada aspirante se le había amarrado una campanilla en el pene y se les advirtió que el que hiciera sonar la campanilla no se le ordenaría Sacerdote, ya que eso demostraría que no había llegado a alcanzar el estado de pureza espiritual que requerían.
Es así como la bella dama inicia su excitante baile delante del primer candidato.
El candidato soportó estoicamente, y no hubo reacción alguna...
- Y lo mismo sucedió con el segundo, y el tercero... Y el cuarto...
El prior estaba maravillado.
Cuando la bailarina llegó al último, la campanilla empezó a sonar y a saltar como loca, tanto así que se le salió y cayó al suelo.
El candidato, todo avergonzado... Se agachó a recogerla y...
todas las campanillas empezaron a sonar...
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