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Sebastián notó que su pene estaba creciendo 
y permanecía erecto más tiempo, estaba encantado, al igual que su 
esposa. 
Después de varias semanas, su pene había 
crecido hasta casi cincuenta centímetros. 
Sebastián estaba muy preocupado. Tenía 
problemas para vestirse y aún para caminar. 
 Por lo que él y su esposa fueron a ver a 
un prominente urólogo.  
Tras un examen inicial, el doctor explicó 
a la pareja que, aunque extraño, el problema  
de Sebastián podría solucionarse con 
cirugía correctiva. 
- "Cuánto tiempo estará con 
muletas",  preguntó ansiosa la 
mujer. 
- "¿Muletas?  ¿Para qué precisaría 
muletas?", respondió sorprendido el doctor. 
- "Bien", dijo la mujer fríamente, "me 
imagino que va a alargarle las piernas, ¿no?" 
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Y es que a veces la mejor solución no es 
recortar.
Reenvíalo, merece la pena.
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