LA INJUSTA NORMA 29

EL EUROMILLÓN DE DON RAMÓN

lunes, 16 de septiembre de 2013

Chiste de gallegos


Dulzura galega

       Un pobre paisano está en su cama, con una enfermedad terminal; le quedan pocas horas de vida. De repente, huele el aroma de la comida que más le gustaba: unas empanadillas caseras de carne, ¡recién hechas! Para él no había nada mejor en el mundo que las empanadillas de carne que hacia su mujer, Carmiña.

      Haciendo un esfuerzo sobrehumano dirigiéndose al comedor, empieza a percibir el vapor que lleva el aroma a masa de carne y cebolla que desde la cocina emanaba. Llega hasta la mesa donde estaban  las suculentas empanadillas, doraditas, recién hechas, y toma una y se dispone a comérsela; quizá sea lo último que haga en esta vida. De pronto, siente un fuerte golpe en la cabeza que merma sus facultades y casi lo hace caer.

      Tratando de no desplomarse, alcanza a ver a su mujer que, con un cucharón  en la mano, le dice:

—¡Ni se te ocurra, que son para el velatorio!

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