UN BUEN CATÓLICO
Un hombre mayor, italiano, que vivía
en las afueras de Nápoles, fue a la iglesia local a confesarse.
Cuando el sacerdote abrió el tablero
del confesionario, el hombre dijo:
- Padre... Durante la Segunda Guerra
Mundial, una mujer bonita golpeó a mi puerta y me pidió que la
escondiera del enemigo. Así que yo la
escondí en mi altillo.
- ¡Esa fue una cosa maravillosa que
has hecho, hijo -contestó el sacerdote- No tienes la necesidad de
confesar eso.
- No Padre, es que ella empezó a
agradecerme con favores sexuales.
- Estando en gran peligro y bajo esas
circunstancias, dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así.
Pero si lo sientes verdaderamente,
estás perdonado de hecho.
- Gracias, Padre. Esa es una gran
carga que le saca a mi alma. Pero tengo una duda más.
- ¿Y cuál es, hijo?
- ¿Cree Ud. que debería decirle que la
guerra ha terminado?
Queda totalmente prohibido quedarse con los chistes, los demás también tienen derecho a reír.
Reírse
mucho, está demostrado que es muy sano para tu salud.
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