Un
caballero estaba en un autobús atestado de gente hurgándose la nariz con el
dedo meñique. El tío llevaba diez minutos "dale que te pego al
moco" cuando su compañero de asiento no puede resistirlo más y le dice:
- Perdone, veo que tiene problemas con su nariz. Si me permite, yo tengo la uña de este dedo más larga y podría intentar sacarle el moco, a ver si hay suertecilla.... - Oh, si, por supuesto - responde el del moco. Cuando el tío de la uña llevaba cinco minutos de lucha contra el moco, el viajero de atrás le toca en el hombro. - Disculpe, he oído su conversación y resulta que yo llevo un palillo en el bolsillo. Si me permite, entre los dos podríamos intentar sacarle el moco a este caballero. Ninguno de los dos pone ninguna objeción, así que al instante estaban los tres luchando con el moco: el dueño de la nariz con el dedo, el vecino con la uña y el de atrás con el palillo. De repente se levanta un negro africano de dos metros que estaba al final del autobús, y apartando a la gente agarra de las orejas al del moco, se coloca la nariz en la boca y le pega un chupetón de padre y muy señor mío. Acto seguido se lleva la mano a la boca, saca una cosa larga y pegajosa y se la da al del moco diciendo: - Aquí tiene, su moco... y su ojo. |
En mi ENSUEÑO SOÑADO
ME OLVIDÉ DE TI
domingo, 11 de enero de 2015
Chiaste guarro y asqueroso
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